Sí, Federico, es Josefina
Interludio
Román Revueltas Retes
2011-12-19•Al Frente
No puedo estar más de acuerdo con Federico Berrueto: quienes pudieran oponerse a que Josefina Vázquez Mota sea presidenta de México por el mero hecho de ser mujer conforman una minoría insignificante. En este país hay mujeres poderosísimas y nos acomodamos perfectamente a su existencia. Y las mujeres hacen de todo en nuestra sociedad: boxean, pilotan aviones comerciales (el otro día, para mayores señas, en la cabina del Embraer de Aeromexico había dos chicas en los mandos y, mira, tan normal el asunto), conducen vagones del metro, son paracaidistas en el Ejército o desempeñan oficios peligrosos sin restricción alguna.
Pero, encima, frente a dos pesos pesados como Obrador y Peña Nieto, la condición femenina de la aspirante panista no sería una desventaja sino, por el contrario, un plus. De cualquier manera, la delantera que ha tomado ya la mujer a estas alturas debiera significarle el nombramiento como candidata del Partido Acción Nacional a la presidencia de la República. Es ciertamente una saludable práctica democrática que se pongan a competir abiertamente los pretendientes pero, a la hora de la verdad, la balanza debiera inclinarse hacia donde van las preferencias de las mayorías ciudadanas. Tan simple como eso.
Ah, y falta todavía que veamos en acción a una señora muy brillante, decidida y carismática. Mucha gente, que todavía no la conoce bien, se sentirá ciertamente atraída por el personaje. Ahora bien, es también posible que el PAN tenga por ahí alguna oscura pulsión suicida. O sea, que le cierre el camino. Puede ocurrir. Espero que no.
Pero, encima, frente a dos pesos pesados como Obrador y Peña Nieto, la condición femenina de la aspirante panista no sería una desventaja sino, por el contrario, un plus. De cualquier manera, la delantera que ha tomado ya la mujer a estas alturas debiera significarle el nombramiento como candidata del Partido Acción Nacional a la presidencia de la República. Es ciertamente una saludable práctica democrática que se pongan a competir abiertamente los pretendientes pero, a la hora de la verdad, la balanza debiera inclinarse hacia donde van las preferencias de las mayorías ciudadanas. Tan simple como eso.
Ah, y falta todavía que veamos en acción a una señora muy brillante, decidida y carismática. Mucha gente, que todavía no la conoce bien, se sentirá ciertamente atraída por el personaje. Ahora bien, es también posible que el PAN tenga por ahí alguna oscura pulsión suicida. O sea, que le cierre el camino. Puede ocurrir. Espero que no.
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