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miércoles, 28 de diciembre de 2011

República del Amor o Dictador en Potencia?


El PT y la alabanza del autoritarismo

AUTONOMÍA RELATIVAJuan Ignacio Zavala


La izquierda mexicana no termina de sorprender. Hace unos días, el PT colocó en su página web un texto en el que lamenta la muerte del “camarada” Kim Jong II, dictador fallecido de Corea del Norte. No les fue suficiente fraternizarse con el líder totalitario, también afirman que supo llevar las riendas del país con “gran sabiduría” y que sus aportes son “un legado de suma importancia para todos los pueblos que buscan su liberación del capitalismo salvaje”.


Este comunicado confirma que la izquierda nacionalista desprecia la democracia. Si Andrés Manuel López Obrador había mandado “al diablo” a las instituciones” en 2006 y a muchos les quedaban dudas de si esa era una conducta antidemocrática, hoy no hay espacio para la duda: el partido que apoya al hoy candidato “de izquierda” lamenta la desaparición de dicatadores.


Es grave que AMLO no haya hecho un deslinde del comunicado. Es claro que el predicador del amor es un candidato con tendencias autoritarias y un creyente de que el Estado debe definir lo malo y lo bueno. En eso, él y el “camarada” Kim Jong Il son idénticos: los malos son los que piensan distinto a ellos; los buenos son quienes los idolatran, quienes los creen redentores.


Ésos son los demócratas de izquierda. ¿Cómo pueden llamarse demócratas cuando alaban a un hombre que fue absolutamente autoritario? ¿Con qué autoridad critican al Ejército mexicano cuando ellos elogian a un líder que vivió del gasto militar? Algo que es notable de los autodenominados “progresistas” es su tendencia a elogiar lo que pasa fuera de México y criticar a capa y espada lo que sucede en su país. Kim Jong Il es un modelo en el abuso contra los derechos humanos. A los “progresistas” eso les parece un “legado de suma importancia”. La falta de congruencia en la izquierda es casi total. En México pueden publicar este tipo de comunicados porque somos un país donde existe la libertad de expresión. Si en Corea del Norte se atrevieran a publicar un comunicado exaltando al líder de Estados Unidos, irían a parar a la cárcel. Pero esto, a ellos, les parece admirable.


La izquierda mexicana se empeña, cada vez que puede, en confirmarse como una opción autoritaria. El PT es quizá la expresión más lamentable de la izquierda lopezobradorista..Creado por Salinas de Gortari, ese partido es una amalgama de frustraciones y complejos que van desde el demente de Jaime Cárdenas, hasta el vividor número uno del dinero público, Porfirio Muñoz Ledo. Con esa gente se presentan como opción que al parecer quieren representar nuevamente en 2012.


lunes, 26 de diciembre de 2011

El subconsciente de un candidato


Lo que Peña Nieto quiso decir (y nadie se dio cuenta)

Lo de EPN fue un largo lapsus freudiano en que al improvisar asociaciones se filtraron contenidos de su inconsciente y pensamiento privado. Sus errores revelan.

  • 2011-12-17•Varia
Cuando en la FIL a Peña Nieto le preguntaron por tres libros que lo han influido, se dijo que su cantinfleo mostró que no lee. Lo que mostraré es que sus críticos tampoco saben leer.
EPN inició hablando de la Biblia. Dijo que lo “marcaron” pasajes. No dijo cuáles. Por un lapsusposterior podemos saber que uno de ellos fue la mortal traición de Caín contra Abel.
Luego atribuyó La silla del águila a Krauze.
Enrique P.N. cambió al autor real por EnriqueKrauze, tal como en la novela Carlos Fuentes cambia 1994 por 2020, el TLC por una represalia de USA, y para narrar cómo Carlos Salinas mató a Colosio les da otro nombre.
Lo de EPN fue un largo lapsus freudiano en que al improvisar asociaciones se filtraron contenidos de su inconsciente y pensamiento privado. Sus errores revelan.
Luego no pudo recordar el título de un libro de Krauze —La presidencia imperial— y su “antítesis” (Las grandes mentiras de Krauze de Manuel López Gallo), y dijo frases como “el nombre del título de este libro” y “las mentiras sobre el libro de este libro” que no son mera estupidez sino señales de que ocurrían desplazamientos inconscientes en su discurso.
Ya muy dentro del lapsus mencionó a La hija pródiga y “Caín y Abel” (sic) (Kane y Abel) y ya no pudo titular al otro libro de esta trilogía de Jeffrey Archer.
La hija pródiga se trata de la vida de la hija de Abel, Florentyna Kane, hasta ser electa presidenta, y Richard Kane, un hombre guapo, de buena cuna y decidido a llegar a la cima.
El libro innombrable es Shall we tell the president? sobre un agente del FBI que debe impedir el asesinato de la presidenta.
También de Archer son La carrera hacia el poder El impostor (sobre un hombre al que se culpa de un asesinato), entre otros bestsellers de conspiración, adversidad, constancia y ambición.
Después de aludir a Archer, EPN dijo que lo último que estaba leyendo es La inoportuna muerte del presidente(autor no recordado: Alfredo Acle Tomasini). Sobre la muerte de un presidente mexicano y maquiavélica sucesión.
Luego aclara que “otro que le gustó mucho también” es (sin nombrar: El seductor de la patria) de EnriqueSerna “sobre este personaje polémico que fue Santa Anna y que hace de manera novelada”. Interesante la relación no-velada de EPN y Santa Anna.
En conclusión:
1) Casi todos los libros que EPN mencionó velada o no-veladamente se tratan de muertes de presidentes o candidatos, escaladas de poder o intrigas siniestras.
2) Los perfiles de muchos de esos personajes son similares a él.
3) La cantidad de errores apunta a que hay un pensamiento privado que emergió simbólicamente —vía omisiones, alusiones y confusiones— y que fue la lucha subconsciente entre la represión y expresión de ese flujo lo que provocó el lapsus en general.
Dejo al lector sacar otras conclusiones.
Heriberto Yépez • hyepez.blogspot.com

Resbaladilla


Peña Nieto en la resbaladilla

ACENTOSJosé Luis Reyna


La mañana del 3 de diciembre pasado, Peña Nieto no tenía idea de que ese día empezaría a lidiar con una pesadilla. Es probable que ese día, desde que aspira a la primera magistratura de este país y “encabeza” las preferencias electorales, pudo haber pensado que sería uno más de aplausos, abrazos, sonrisas y sentirse arropado por esa sensación inigualable que obsequia ser el puntero, por ahora, de la competencia electoral que se avecina. Es probable que ese día haya tenido un desayuno con mengano, una reunión con senadores y diputados, una comida con sus colaboradores y, después de todo esto, se encaminó ufano a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. Llevaba bajo el brazo su libro México, la gran esperanza.
Ese importante foro estuvo engalanado por la presencia de dos premios Nobel de literatura, por distinguidos escritores de diversas partes del mundo y enmarcado por la presencia de diversas casas editoriales, nacionales e internacionales, de inmenso prestigio. Un público, además, ávido de conocer, comprar libros y leer. En este escenario, Peña Nieto se dispuso a presentar su libro, bajo un formato preconcebido y haciendo las tantas gesticulaciones previamente ensayadas por tanto tiempo. Todo rodaba sobre ruedas hasta que alguien hizo una pregunta que, hoy en día, todos nos hacemos; se puso de moda: ¿cuáles son los libros que más han influido en la vida de uno? En menos de cinco minutos su imagen y gesto triunfadores iniciaron un proceso de brutal desvanecimiento.
La vida toda del candidato del PRI, en ese momento, sufrió una inflexión. La explicación: lo sacaron del libreto que llevaba y la pregunta lo condujo a terrenos resbaladizos e inhóspitos que no pudo enfrentar ni resolver por la vía de la improvisación. La dirigencia nacional de ese partido no ha hecho todavía el control de daños del resbalón de su candidato. Y, pese a que han pasado tres semanas del “resbaloncito”, la inhabilidad e ignorancia supina del candidato (Fuentes dixit) sigue siendo tema de conversación en las redes sociales, objeto de sátiras en las mismas y tema de infinidad de artículos.
De la mucha tinta derramada en torno del “caso Peña”, llama la atención un artículo que no tiene desperdicio. Fue escrito por Heriberto Yépez (Suplemento Laberinto. MILENIO Diario, 17/XII/11, p.12) bajo el título “Lo que Peña Nieto quiso decir (y nadie se dio cuenta)”. Es un análisis psicoanalítico en el que el inconsciente del candidato priista se dejó ver. De acuerdo con Heriberto Yépez (HY), Peña confundió a Carlos Fuentes (CF), autor de La silla del águila, con Enrique Krauze, para lo que encuentra una explicación: en su novela, CF hace algunas modificaciones de tiempos y personajes. Así, el año de 1994 es trasladado a 2020. Ahí se narra cómo Carlos Salinas mandó matar a Colosio. Hay, por supuesto, cambio de nombres, matices distintos, pero el meollo del hecho está narrado ahí.
De acuerdo con HY, se trató de un lapsus freudiano en que “al improvisar asociaciones se filtraron contenidos de su inconsciente y pensamiento privado”. A continuación, de acuerdo con su análisis, señala que Peña no pudo recordar el título de uno de los libros de Krauze, La presidencia imperial, ni tampoco lo que HY llama la “antítesis” de ese libro: Las grandes mentiras de Krauze, de Manuel López Gallo. Ya en su propia debacle, Peña caía a un precipicio sin fin pronunciando frases como las siguientes: “El nombre del título de ese libro” y “las mentiras sobre el libro de este libro”. De acuerdo con el artículo de HY, lo dicho por Peña no son “mera estupidez, sino señales de que ocurrían desplazamientos inconscientes de su discurso”.
Dando un salto en “el argumento”, Peña mencionó otro libro: La inoportuna muerte del presidente,cuyo autor no pudo ser recordado por el candidato tricolor: Arturo Acle Tomasini. Un libro cuya temática es la muerte de un presidente y, como dice HY, la “maquiavélica sucesión” que se desata por el deceso. HY concluye que casi todos los libros que Peña menciono en la FIL de Guadalajara tienen una relación, “velada o no, con la muerte de presidentes o candidatos, escaladas de poder o intrigas siniestras”.
Ya que HY nos ha instado a sacar conclusiones propias, podrían añadirse otras que complementan su texto: en efecto, Peña es un hombre que está pensando, si se permite esta licencia semántica, casi exclusivamente en el poder. Sin embargo, el centro de su atención son las aristas más fatales y adversas de su ejercicio: hay una asociación muy estrecha entre el poder y la perversidad. En otras palabras, Peña sí dijo y mucho, y pese a las pifias cometidas en su presentación. De hecho hubo una conferencia tras bambalinas que supo disfrazar muy bien y cuyo título pudo haber sido “la perversión del poder: usos y costumbres mexicanas”.
Ese 3 de diciembre no será fácil de olvidar. Bastaron unos cuantos minutos para retratarlo de cuerpo entero y, lo peor, el propio Peña fue el autor de su autoretrato. A ese resbalón han seguido otros que conforman el perfil del candidato: ignorar el monto del salario mínimo, desconocer el precio de un kilo de tortillas, pues él, misóginamente hablando, no es la “señora de la casa”.
Muchos han dicho que no es exigible que un político profesional sea un erudito en una o varias materias, en esta o en aquella disciplina. Pero sí es exigible que un político, que aspira a gobernar un país de casi 115 millones de habitantes, con la infinidad de complejos problemas y con las deficiencias que lo rodean, tiene que tener un poco de sentido común para ver un poco más allá de lo que tiene enfrente: tener una visión y que ésta sea, cuando menos, de Estado.
Será interesante analizar si los resbalones de Peña se reflejarán en las encuestas que, a partir de ahora, se hagan: si los resbalones le han quitado puntos a su liderato en las preferencias electorales. Mientras tanto, los estrategas de su campaña tendrán que trabajar lo doble y sudar lo triple en aras de que el candidato del PRI no vaya a dar otro resbalón que lo lleve, de plano, al desbarrancadero.

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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Los dos Peña Nieto


Los dos Peña Nieto

Héctor Tajonar

Lo que natura no da,
Televisa no presta.

Catón
El pasado fin de semana, en la Feria del Libro de Guadalajara, se hizo patente la existencia de dos Enrique Peña Nieto: el inventado por la televisión, con la ayuda de la maquinaria del PRI, y el verdadero. El primero de ellos tiene altas probabilidades de ganar las elecciones presidenciales del año próximo. El segundo, el real, es quien tendría la responsabilidad de gobernar a México. Eso es lo preocupante.
El primer Peña es un personaje ficticio, producto de la mercadotecnia política e impulsado por la penetración de la pantalla televisiva, a quien hemos visto durante los últimos seis años en infomerciales, programas especiales y entrevistas pactadas. Gracias a la popularidad que le ha dado la costosa estrategia de comunicación negociada con Televisa por un monto y bajo condiciones que hasta ahora se han mantenido en la más absoluta opacidad, es el puntero en la carrera presidencial.
En su más reciente puesta en escena el primer Peña presentó un libro, supuestamente de su autoría, sobre el cual disertó con la seguridad de un actor adentrado en su personaje. Todo iba de acuerdo al guión hasta que un pequeño detalle hizo aparecer al otro Peña, el verdadero. El resultado fue tan penoso como elocuente. Ante la pregunta de un reportero, fue incapaz de mencionar un solo libro que hubiera leído en su vida, confundió autores y títulos, mencionó a la Biblia como lectura de adolescencia. Eso sí, la incoherencia de sus palabras siempre estuvo acompañada de los movimientos corporales utilizadas en sus discursos memorizados.
No se trató de un mero error, de un olvido o de una pifia, sino de la exhibición del verdadero Peña, en la desnudez de su ayuno cultural, en la vulnerable soledad de sus propias aptitudes intelectuales y políticas, sin la protección de los asesores, cámaras y guiones que rodean al Peña (pre)candidato, personaje y producto electoral.
Al igual que Fox, Peña es un candidato mediático, pero a diferencia del panista que logró su popularidad como resultado de un estilo auténtico en su desparpajo, en Peña Nieto todo es artificio, cartón, apariencia. Fox no pretendía ocultar su rusticidad, sino hacía de ella un instrumento para acercarse a la gente. Peña, en cambio, se ha tenido que transformar en actor para representar a un personaje de ficción creado para hacerlo atractivo, “vendible” al electorado. La creación de dicho personaje no ha excluido los aspectos más íntimos de su personalidad y de su vida privada, los cuales han sido utilizados como parte de la estrategia de venta del producto electoral.
El analfabetismo funcional de los políticos mexicanos no es novedad y no sería la primera vez que uno de ellos ocupara la vapuleada silla del águila. Sin embargo, lo novedoso y grave de esta posibilidad radica en la perversidad con la que confluyen tres actores vinculados con el analfabetismo funcional, esa forma denigratoria de la dignidad humana. Por una parte, la televisión propicia el alejamiento de la lectura; por otra, 80 por ciento del electorado se informa exclusivamente a través de la televisión, y ahora, para completar el terceto, el candidato del PRI ha mostrado su abierto desdén por los libros.
El problema de fondo no es sólo la aversión de Peña por la lectura, sino la estrategia para llevarlo al poder. Estamos ante un caso inédito en la historia de México: la creación de un personaje inventado por la televisión y por el partido que durante siete décadas mantuvo al país bajo la sombra del autoritarismo para recuperar la Presidencia.
La interrogante es si las estructuras de poder que dictan los guiones disciplinadamente aprendidos por el (pre)candidato priista, seguirán normando sus decisiones. El secreto mejor guardado de Peña Nieto es el costo financiero y político de su alianza con Televisa.
Si a ello agregamos el apoyo abierto al sindicato de maestros y a su lideresa, con quien se ha aliado electoralmente a cambio de garantizarle el poder de seguir dictando la política educativa del país, la perspectiva de mejorar la educación en caso de que resulte electo se diluye. La educación seguiría en manos de Gordillo, fortalecida por el aval de los creadores del corporativismo mexicano.
¿Qué tanto disminuirá el apoyo de un electorado que no lee hacia el verdadero Peña? Al votante le tocará distinguir entre los dos Peñas y optar por él o por sus adversarios, que tampoco parecen haber leído más libros de los que han escrito. El analfabetismo funcional campea.

MILENIO-TELEVISA-PEÑA NIETO Las mismas prácticas


Sentido adiós a MILENIO

Héctor Tajonar

La televisora y el candidato tricolor constituyen un binomio político-electoral indivisible y, para muchos, invencible. Los concesionarios de la televisión han pasado de ser soldados del presidente a inventores de presidenciables.
Apreciado Carlos Marín:
He reflexionado acerca de la breve conversación telefónica que sostuvimos la semana pasada y he tomado la decisión de suspender mi colaboración semanal en MILENIO Diario. Antes de exponer mis razones, quiero agradecerte el haberme invitado hace cinco años y medio a colaborar en este diario después de haber publicado, a solicitud mía y en calidad de columnista invitado, el texto titulado “¿La rebelión de las masas?”, fechado el 16 de julio de 2006. Desde entonces he podido expresar con toda libertad mi visión personal, independiente y crítica acerca del acontecer político nacional. Tu proposición de modificar esas condiciones me obliga a escribir esta carta de renuncia, con la atenta solicitud de que sea publicada en el espacio que tuviste a bien asignarme en Acentos.
Me has pedido que dejara de criticar a Televisa en mi columna, aduciendo que MILENIO Televisión está asociado con esa empresa para sus transmisiones en cable. Comprendo que en la actual coyuntura preelectoral mis puntos de vista puedan resultar disfuncionales para los legítimos intereses empresariales de esta casa editorial. Sin embargo, sabemos que en el ámbito de los medios de comunicación, los intereses empresariales se traducen en políticas editoriales. Ello me impide aceptar tu planteamiento. Permanecer en esas condiciones significaría no sólo coartar mi libertad de expresión sino convertirme en cómplice pasivo de una situación política con la cual no comulgo. Ha llegado el momento de marcharme.
Durante 40 años he estudiado la relación entre el poder político y los medios de comunicación, en especial la televisión, y como sabes trabajé en Televisa durante dos décadas. Por tanto, puedo decir sin el menor asomo de vanidad que cuento con las herramientas teóricas y empíricas para hablar acerca de estos temas con suficiente conocimiento. Así lo he hecho desde la soledad de mi escritorio y mi conciencia en este espacio del que hoy me despido.
Ahora más que nunca cobra actualidad la conocida advertencia de Karl Popper: La televisión se ha convertido en un poder político colosal, el más importante de todos… Se ha vuelto un poder demasiado grande para la democracia. Ninguna democracia puede sobrevivir si no se pone fin al abuso de este poder.
Televisa es el ejemplo más claro del abuso de ese poder sin control, su inocultable vínculo con el candidato del PRI representa una burla a las leyes electorales del país y el riesgo de un grave retroceso democrático. La televisora y el candidato tricolor constituyen un binomio político-electoral indivisible y, para muchos, invencible. Los concesionarios de la televisión han pasado de ser soldados del presidente a inventores de presidenciables. Por ello, dejar de criticar a Televisa, como me lo has pedido, equivaldría a dejar de criticar a Peña Nieto. No puedo aceptar el ejercicio de un periodismo amordazado.
Interpreto tu exhorto a la autocensura como el resultado de una presión de los estrategas de Peña Nieto, cuya función primordial es cuidar la imagen pública del candidato, la cual ha resultado un tanto dañada en días recientes. Entiendo que les haya incomodado mi texto publicado hace dos semanas en este espacio, titulado “Los dos Peña Nieto”, en el cual menciono que la popularidad del personaje está íntimamente vinculada al secreto mejor guardado por el candidato del PRI: el costo financiero y político de su alianza con Televisa.
Hace seis años, Santiago Creel fue derrotado en la elección interna del PAN por Felipe Calderón debido a que se dio a conocer que, siendo secretario de Gobernación, el delfín de Fox intercambió presencia en la pantalla televisiva por permisos de casas de apuestas para Televisa. Los artífices de esa táctica son los mismos que se han encargado de diseñar la hasta ahora exitosa estrategia de comunicación política de Peña Nieto. Es comprensible que la máxima prioridad de dichos estrategas sea impedir que el fracaso de la alianza de Televisa con Creel se repita ahora con Peña. Si alguien estorba es preciso neutralizarlo.
En consecuencia, se ha recurrido al método del PRI de siempre: cooptar o silenciar. El mismo que usaron antes Echeverría, López Portillo y Salinas. Surge ahora el neoautoritarismo peñista. El episodio del que soy protagonista involuntario constituye un grave precedente de lo que tendríamos si el candidato de la pantalla resultara vencedor en las elecciones del año próximo.
El disenso no debe equipararse con la enemistad. Felicidades.

martes, 20 de diciembre de 2011

Citlaltepetl el comienzo esperado


Reciben a Julen más de 5 mil Panistas en Citlaltéptl

-Somos la opción ganadora y de unidad, afirma el precandidato al senado
-La comunidad indígena del norte del EDO refrenda su apoyo al panista


Unidad, propuesta y trabajo fue el mensaje que Julen Rementería del Puerto, Precandidato al Senado de la República por el Partido Acción Nacional (PAN), pronunció ante más 5 mil panistas reunidos en el municipio de Citlaltépetl.

Fue en punto de las 14:00 horas cuando el aspirante porteño arribó a este lugar enclavado en la sierra de Otontepec, en el norte del estado, sitio hasta donde llegó un importante número de activos y adherentes de las municipalidades de Pueblo Viejo, Tempoal, Tantima, Tamalin y Chontla.


Ante una multitud concentrada en la calle Benito Juárez de esta localidad, Rementería del Puerto fue enfático en su discurso al afirmar que para alcanzar la candidatura al senado se debe estar cerca de la gente, en este caso de la militancia, no sólo para escuchar sus inquietudes sino también para compartir propuestas.
“Para ganar esta precampaña primero lo que hay que hacer es dejar atrás los pleitos, decirles que la nuestra es una opción que ha ganado ya algunas elecciones, que queremos profundamente al PAN y que respetamos mucho a los panistas”, precisó.

En medio de aplausos y vivas de los asistentes, en su mayoría de la comunidad indígena serrana de lengua náhuatl, el ex alcalde de Veracruz indicó que más que un proyecto personal, su precandidatura representa un compromiso con los militantes en primera instancia y con la sociedad misma.


El ex diputado local dijo que sus objetivos están encaminados a promover mejores condiciones de vida para los veracruzanos si la voluntad de la militancia lo decide, y si el electorado en su momento le permite llegar al senado.

“Vamos en esta precampaña a recorrer todo el estado, buscando la voluntad de la militancia que nos permita lograr el voto el próximo 19 de febrero, solo así el PAN podrá salir fortalecido para los comicios de julio del 2012”, concluyó.

Por la mañana, antes del mitin en el municipio de Citaltépetl, Rementería del Puerto estuvo presente como invitado especial en los informes de Adriana Lorena Franco Sampayo y Julio César Gómez, Presidenta del DIF y alcalde del municipio de Naranjos, respectivamente.


 
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